Sitio Arqueológico Puente Quilo

Los primeros habitantes de Chiloé, se agruparon a orillas del río Quilo en lo que hoy es el Golfo de Quetalmahue en la comuna de Ancud, hace unos 6.200 años.
Los sitios arqueológicos más comunes en el archipiélago de Chiloé, son los conchales que son grandes acumulaciones de conchas de mariscos que forman grandes basureros ubicados comúnmente en las orillas de las playas, donde se suele encontrar material lítico, generalmente compuesto por puntas de flechas, lanzas, cuchillos y cortadores de piedra.
El uso de la piedra, el hueso y la madera era habitual en la construcción de herramientas y elementos de caza de los primeros habitantes de Chiloé.
Un elemento muy importante presente en los conchales lo constituyen los “enterratorios” que revelan la presencia de restos humanos sepultados en las capas de las conchas de los mariscos que comían.

En el año 1995 mientras don Serafín González realizaba una excavación en el patio de su casa, descubrió diversos artefactos como puntas de proyectil y hachas de piedra y varias osamentas humanas; este hallazgo fue comunicado al Museo Regional de Ancud, entidad que entregó los antecedentes a un equipo de especialistas de la Universidad de Chile, que se hizo cargo de la investigación científica del sitio.

En el año 1999, comenzaron las excavaciones en el sitio arqueológico de Puente Quilo, donde se encontraron restos óseos de quienes serían los primeros pobladores de Chiloé y asociado a ellos, puntas de flechas, herramientas de piedra, restos de antiguos curantos y fogatas, entre otros vestigios. La vida de estos primeros habitantes de Chiloé, se concentraba en sus campamentos compuestos de viviendas hechas de ramas de árboles cubiertas con hojas de pangue y algunos cueros de los animales que cazaban. Hombres y mujeres pasaban el día en diferentes labores; unos preparaban el fuego, otros cocinaban alimentos como el curanto, algunos escogidos fabricaban herramientas de piedra, cazaban lobos marinos, buceaban y mariscaban, siendo los productos del mar su principal sustento.

En el sitio arqueológico Puente Quilo, se detecta el uso del espacio claramente diferenciado: sector de conchales, sector de entierros y campamento taller lítico.

(Foto referencial de un curanto, José Ulloa Cortés)

En el sitio de conchales, se encontró el que sería el curanto más antiguo de Chiloé y databa de 6100 años, según prueba de radiocarbono. (Por los arqueólogos Carlos Ocampo, Pilar Rivas y Eugenio Aspillaga. Escuela de Antropología, U. de Chile).

En el sector de entierros se encontraron cuerpos flectados pintados con tinte rojo, mirando hacia el este (donde sale el sol) y con las manos cubriendo la cara. Las mujeres encontradas en el sitio, presentaban una condición llamada “exóstocis del conducto auditivo externo,” que corresponde al crecimiento anormal del hueso en el oído externo por contacto continuo con el agua, presión subacuática y vientos fríos durante actividades como el buceo y navegación. Este hecho plantea la tesis de que eran mujeres Chono las que buceaban en las frías aguas de los canales recolectando peces y mariscos. 

Actualmente, los restos óseos se encuentran en la Facultad de Antropología- Arqueología de la Universidad de Chile.

Cuando hablamos de material lítico nos referimos a las herramientas de piedra que los primeros habitantes de Chiloé hicieron para obtener su alimento y fabricar diversos elementos para sus labores habituales como la caza, la pesca y el marisqueo. Estos utensilios los identificamos con puntas de flechas, lanzas, cuchillos, cortadores, pesos de red y raederas. Para su fabricación existían expertos talladores que se reunían en el “taller lítico” utilizando como material de trabajo piedras de cuarzo, obsidiana y arenisca entre otras. La madera y el hueso de los animales que cazaban también fue importante para realizar sus manufacturas, existiendo en la actualidad diversas colecciones presentes en los museos que nos muestran importantes utensilios entre los que destacamos arpones, punzones y anzuelos de hueso. En tanto que la madera era ocupada para fabricar lanzas, arcos, flechas, embarcaciones, viviendas etc. Igualmente se han encontrado en la zona elementos de carácter ceremonial y distintivo, como clavas insignias y hachas de toqui, estas últimas servían distinguir a los líderes del resto del grupo. Estos vestigios materiales son los restos más representativos de estos pueblos y muestran el conocimiento que poseían sobre las propiedades y diferentes usos que se le daba a la piedra, hueso y madera.

 

 

Gracias a los hallazgos de Don Serafín González (QEPD), quien fue nombrado, en vida, Hijo Ilustre de la Comuna de Ancud, hoy en el sector existe un pequeño museo familiar denominado Museo Prehistórico Arqueológico Chiloé, en el cual se exhiben las piezas encontradas por él y una colección de animales disecados, entre los que se encuentran un lobo de mar, tortugas y un tiburón, como también los restos completos de dos cachalotes, el principal de ellos ubicado en la entrada del museo. 

Gracias a su labor y a la forma en que se produjeron los hallazgos, el Sector de Puente Quilo es de gran importancia histórica y científica, ya que nos da a conocer la vida de los primeros habitantes de Chiloé. 

 

Biblografía:

A-Chiloé y su Patrimonio:
Arqueología Insular, Dibam, Consejo de Monumentos nacionales, Chilotito.

B-Centro de observación de aves Humedal de Quilo, Ruta del origen desarrollo rural y turismo comunitario.

 

C- EL Curanto de Chiloé: Y SU SABOR PATRIMONIAL, CONSERVADO EN LA MEMORIA DE PIEDRAS SOLARES
(KURANTÜ)
José Ulloa Cortes